Nueva York superado, ahora el paraíso de San Diego

Después de 4 días de auténtica locura en Nueva York, hemos pasado a la tranquilidad de San Diego. NY al principio asusta, te encoge, te sientes como una hormiguita al lado de esos gigantes edificios. Se puede comer delicias por todos los rincones, bagels, cupcakes, muffins, pizza, comida cubana, scones, perritos calientes, pancakes (como tortitas con fresas y nueves rico rico, típico en del brunch), pretzels (nos cebaban en el avión), sopa miso, sushi y sashimi (sí, he entrado en un japonés) y luego como no, los típicos cócteles como el cosmopolitan, margaritas y sake (se tira un chupito de licor japonés en un vaso de cerveza, muy diver). Tooodo lo mencionado lo hemos probado, somos unas gordasss jaja. También, no nos pueden faltar los cafés del starbucks aprovechando que hay uno en cada esquina. Y el riquísimo chocolate de Maks Brenner!! 

Bueno, basta ya de hablar de comida porque aqui en San Diego no paramos de ver restaurantes preciosos de los que sale un aroma buenísimo cada vez que paseamos por la calle. 

Algo que me gustó bastante de Nueva York fue de pasar de la gran civilización y el caos a la naturaleza y la serenidad de Central Park, ese gigante parque en medio de la gran ciudad. Me quedé con las ganas de conocer más de sus encantadores rincones. Además, tuvimos la suerte de ir a ver el monumento a John Lennon justo cuando era el día de su cumpleaños y nos encontramos un grupo que cantaba canciones de los Beatles. Fue muy emotivo. Bueno, y seguiría contando muchas más cosas que nos han pasado, pero ya es hora de ir a dormir, que mañana tengo clase a las 8.30 a.m. Besitos!!